-Mantener el ritmo del sueño: Uno de los principales cambios que se suele sufrir es la alteración en el ritmo del sueño. Situación que, permaneciendo en casa, puede serse agravada. Para evitarlo, es importante dormir al menos 7 u 8 horas para descansar y estar activo durante la jornada laboral.
-Realizar ejercicio: El ejercicio físico aporta muchos beneficios: por un lado, ayuda a mantener el peso y la forma, y, por otro lado, nos sirva para aumentar el nivel de energía. Practicar yoga, técnicas de relajamiento o ejercicios que activen nuestro aparato cardiovascular, entre otros, además ayuda a la mente a evadirse y rompemos la monotonía.
-Alimentación equilibrada: Mantener los mismos horarios de comida es vital. Puede que permanecer más tiempo en casa y con el cambio horario provoque un aumento de la sensación de apetito. Pero, tras esa ruptura del horario rutinario, el cuerpo tarde entre 48 y 72 horas en volver a regularse, y el hambre nos vuelve a llegar en su horario habitual.
-Exposición al sol: Exponerse a la luz natural directa es una manera de engañar al cerebro con el cambio de hora. Por ello, aumentar el tiempo al sol en terrazas, ventanas, balcones o jardines es muy beneficioso para equilibrar el reloj biológico y evitar sensaciones de ansiedad y agobio tras tantos días de encierro en los hogares.